Con una mirada tuya
en el retorno a la vida,
que para qué te voy a contar,
y un vamos en el bolsillo
el sol me habló de tú a tú
y me pidió permiso
para asomarse a tu ventana.
Me pidió permiso
para elevar su conciencia.
Y me eché otro vamos,
el camino es muy largo.
Y tiré el reloj
donde el tic tac es una opción,
y nunca una obligación.
Allí donde no desean
estar las flores
ni encontraré a nadie
que me de los buenos días.
En el huerto los callaos
encontrarás más vida.
El tiempo
dejará de poner su canción,
esa que en bucle
va curtiendo miradas
y quitando piel a la piel.
Y con un te quiero
guardado entre dos latidos
de mi corazón,
y dos vamos en el bolsillo
me acercaré a tu ventana.
Y será un beso nuestro,
un acercar nuestro corazón,
el que hablará al sol
y alumbrará la mañana.
Él también necesita descansar.
Y nosotros,
tras enseñar al sol nuestras credenciales,
tras el beso de buenos días,
nos dimos cinco minutos más,
el día es muy largo
y dos vamos pueden no ser suficientes.
Y otro beso vendría.
Y otro.
Ese que solo veríamos nosotros,
con el sol en otro estado de consciencia.
Entradas relacionadas
This website uses cookies. By continuing to use this site, you accept our use of cookies.