Sensaciones
agolpadas en la oscuridad
no se distraen.
Cuerpos abochornados
por la quietud.
Eran.
Y puedo volar,
de hecho vuelo.
Sin mirar atrás,
con la decencia
a mi espalda.
Y es cuando
me intento marchar
a una perspectiva nueva,
Tú,
me dices que sin ti
solo será perspectiva.
Y lo dices sin soltar
eso que me mantiene
a flote.
Otra forma de energía.
Una ilusión pasajera,
que siempre te regala flores.
Ahora son mis manos
las que te sostienen en el aire.
Abrimos los ojos
y observamos el vaivén
que nos ha traído aquí.
Pero el vaivén
se agota.
No tiene sentido
que de otro modo
estuviéramos aquí mirándonos.
Mientras, la delicadeza
es la que le dice al tiempo
que para luego.
Que ahora,
nos sentiremos sin abrir
los ojos.
Que el vaivén
solo fue una excusa
para llegar hasta aquí.
El café está hecho.
Olor a mañana
muy de noche.
Y qué.
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