No sé si fueron las risas
o el orgasmo,
en aquellas sábanas deshechas
por prisas y deseos acomplejados.
No sé si fue el beso
de antes
o el abrazo de después,
cuando sin decir te quiero,
juro que aún lo sigo escuchando.
No sé si aún estoy durmiendo.
Quizás viniste antes de tiempo
y yo me precipité.
Las sábanas, nunca se deshicieron.
Y allí,
las únicas risas fueron las mías,
aunque solo lo pueden corroborar
unos deseos acomplejados,
y un orgasmo que se quedó con las ganas.
Entradas relacionadas
This website uses cookies. By continuing to use this site, you accept our use of cookies.