Fue en el territorio de las verdades, allí, las mentiras vagan sin rumbo y nosotros nos alimentamos de besos al corazón, caricias de las que no consigo escribir y sexo en los tiempos muertos, donde unos dedos que siempre desearon más, al llegar a la cueva de los recuerdos regresaron con sensaciones mutuas con sensaciones que hablarán con nosotros. De las que nos alimentaremos, porque no solo de pan vive el hombre. Volveremos a navegar y atravesaremos tempestades de las que no precisaban barco para estar a flote. Unas yemas de unos dedos que en ningún caso agacharon la cabeza, y unas manos que nos elevaron a donde miran las flores cuando quieren sonreír. Y desde entonces te veo mirar al sol, y tus manos, no sabes donde meterlas. Y mis manos, solo buscan las tuyas. Y es cuando nos quitamos un pijama, que tú y yo, nunca hemos precisado. Y ahora son tus manos las que buscan las mías. Y caricias prometedoras en el callejón de las sensaciones prematuras, el callejón de las sonrisas, que anteceden a lo relevante, me dicen con una copa de vino que siempre cumplen. Mientras tu mirada no hace más que decirme que vaya a la cueva de los recuerdos.
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2 comentarios en «Mis manos buscan las tuyas»
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Que preciosidad y el final es tremendo 👏🏻👏🏻👏🏻
Gracias Elisa, buen martes amiga 😊😘