En los recovecos de mi mente, en un descanso que mi alma le dio. Donde pude dejar de pensar en ti para dedicarme a mi yo. En esos días libres que mi mente tiene de pensar en nosotros. Quizás el apego a las costumbres, quizás el amor por ti. Pero la que dirige el pensamiento, la que manda en la razón se encasquilló. Se encasquillo en el nosotros. Y en el recreo interno que tenía del tú y yo, tuvo que ser mi alma, la que un descanso me había dado, la que salió en mi rescate. Y me pude ver con mi vida sin ti. Donde aun no siendo feliz, era. Y eso, teniendo en cuenta que mi espacio etéreo era ocupado por ti y por tu sonrisa. Por tu forma de vivir. Era más de lo que podía pedir. Y me di cuenta al rato, que en quien pensaba era en mi. Que tú eras mi anhelo. Que pensar en ti cariño, era un acuerdo al que mi mente y alma habían llegado, para poder subsistir. Ahora con la lejanía de aquel primeros de enero. De un año, que no recuerdo, mi mente ve ahora con la perspectiva del yo también. Y aunque te quiero, lo sabes aunque otra vez te lo diré. Otra forma de un te quiero, que ocupaba mi razonamiento, y que mi alma, supo ver.

Entradas relacionadas
This website uses cookies. By continuing to use this site, you accept our use of cookies.