El día que mi alma me pidió
que te diera algo,
que no volviera a mí.
Que naciera de un no existo
De lo inmediato del sentir.
Te regalaré un verso.
Al final,
no es más que parte de
un sentimiento tuyo,
que el eterno te cogió.
Aquel invierno
que me asomé a esta ventana,
y miraste.
Y sin pronunciar palabra
me dijiste si me decidía o no.

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