Nos pusimos en marcha.
Juntos, tú y yo.
Cogimos el petate.
El único que importa.
Aquel que no pesa…
en el que metimos la ilusión.
Aunque hambre y sed teníamos,
ni una queja oí.
Abriamos el petate,
ventilábamos el que late,
y te veía sonreir.
Después de años de camino,
con las suelas de los codos,
en ambos desgastadas.
Después de años de camino,
donde hemos andado tanto,...
pero nuestro amor no se ha movido.

Entradas relacionadas
This website uses cookies. By continuing to use this site, you accept our use of cookies.