Deberás regresar.
Así como trasciende,
aunque tu corazón la anhele
... no te podrás quedar.
He de reconocer
sus palabras me hicieron dudar.
No era una amenaza,
era lo ya ocurrido,
era lo ya vivido.
No me debía engañar.
Aunque luego no recordara,
aunque mi corazón lo negara,
volvería...
volvería al hogar.
Allí de donde procedo,
de dónde vengo,
... y donde seguiré mi caminar.
Aún así necesitaba
su imán me lo pedía,
mi corazón me suplicaba,
que una nueva existencia,
que su bondad me concediera
un nuevo reencarnar.
Aquí estoy.
Un mientras.
Un durante.
Una suerte.

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