(Final de En otro estado de consciencia)
Tumbados, abrazados, con la manta protegidos. Era enero, tras la lumbre tras la emoción de lo contado, ...nos quiso coger el frío.
Aun estando espabilado hablándote de un no recuerdo, al oír como dormías, al sentir como latía tic tac, tic tac entré en ese estado donde me restauro cada día.
Con un café en la mano me lo volviste a pedir, en este estado de conciencia te lo contaré, te lo prometí.
"Con el amanecer reciente y el sol como testigo, caminé deprisa, caminé sin sentido. Que hago, pensé le prometí que al amanecer, "te encontraré, vive Dios, en el próximo amanecer".
Por andar más deprisa no la vas a encontrar. Piensa y analiza, lo que en en el sueño ocurrió, lo que tenias que pedirme cuando llegó la emoción. La voz llegaba a mi espalda. Era Sol quien me hablaba, ahora recuerdo mis palabras: "Al sol, pensé, le tengo que pedir aunque se vayan mis ojos, aunque no la pueda ver, no la dejes de iluminar."
Él me lo había dicho, me lo había hecho recordar, tenía que buscarte donde te pudiera iluminar. Mis ojos entre lágrimas te pudieron ver donde iluminaba el sol allí te encontré, … tal y como hiciste prometer."
Cuando Luna y Sol se despedían, cuando un rayo me dijo que aún dormías, abrí los ojos sin esperar, sin saber, sin entender, lo que me ibas a contar.
"Gracias por este milagro aunque mil veces me contaste, no te imaginas cariño lo que en mi sueño lograste. Que nuestro inicio fue bonito, que nuestro amor, nuestra emoción, ...nació de un solo instante. Aquel que bendijo el sol ...que no para de guiarte".