Mi homenaje a los que no van a aplaudir.

Al llegar a un cruce
detuvo su andar
releyó su destino
se sentó a descansar.
Vio pasar a uno, a cientos,...
no había prisa,
tenía que parar.
Si seguía la senda
las líneas leídas
marcadas para él,
... las podía alterar.
Una pena sintió,
gran parte de los que veía,
por un sendero de ida
hacia otro estado de consciencia,
iban sin opción.
Todo se iluminó
se dio cuenta que el sendero
al que muchos acudían,
no era su camino
no era su elección.
Pasó la página del siguiente día
allí indicaba algo más:
"guarda tu salud
y guarda la de los demás,
cuando todo esté calmado
en este libro lo encontrarás".
Mirando al horizonte,
se quedó un mientras observando
el sendero de no volverás,
seguía acudiendo gente
le miraban a él,
mientras les decía
"ese no es el sendero."
Una sirena de fondo le despertó,
se había quedado dormido
aún con la imagen en la mente
se levantó.
Abrió la ventana. Eran las 8.
Aplaudió.
Aún esa imagen
de verles partir,
esa imagen
de los que no van a aplaudir.